El Canto de los Pollitos, un emblema turístico de Sotillo de la Adrada
Ubicado en la Dehesa de Sotillo y situado a una altitud de 646 metros sobre el nivel del mar, el Canto de los Pollitos representa un perfecto mirador sobre todo el curso del río Tiétar desde su nacimiento en el Alto de la Venta del Cojo, hasta adentrarse en el valle al que da nombre.
Esta figura petrozoomorfa permite dominar todo el casco urbano de Sotillo y para todos los vecinos y visitantes constituye un elemento singular que ejerce un importante poder de atracción. Está formado por varios afloramientos graníticos que no pueden considerarse aisladamente del conjunto que domina el cerro y que durante siglos ha sido objeto de explotación como cantera para materiales de construcción.
Son frecuentes en estas rocas la existencia de cazoletas o marmitas de gigante y su orientación y composición son las propias del horst del Valle del Tiétar.
Acompañan a la imagen principal otras de gran interés, como el “Canto Huevo” y otras rocas en las que existen inscripciones, marcas, cuñeras, cazoletas o marmitas de gigante y su orientación y composición son las propias del horst del Valle del Tiétar.
El Ayuntamiento desea potenciar el Canto de los Pollitos como mirador y zona paisajística, por lo que recientemente efectuó labores en el marco del programa de voluntariado ambiental de la Diputación de Ávila, culminadas con la colocación de postes señalizadores de la ruta de acceso, un panel interpretativo sobre el entorno natural e histórico y un mirador que permite conocer y dominar toda la zona de la cabecera del Valle del Tiétar, pudiendo contemplar territorios de las Comunidades de Madrid, Castilla y León y Castilla La Mancha.
Asimismo se han establecido barreras para evitar el acceso incontrolado de vehículos a motor a la zona, evitando así la degradación del entorno natural.
Esta ruta de senderismo es una de las tres que el Ayuntamiento de Sotillo está procediendo a señalizar en distintas zonas del término municipal y que en breve serán igualmente presentadas al público, junto con los miradores creados en cada una de ellas.
Todos los vecinos y visitantes ya tienen una razón más para acercarse hasta el Canto de los Pollitos y disfrutar de su entorno.
Recientes investigaciones llevadas a cabo por Diego Cortecero con motivo del Certamen de Estudios Locales Villa de Sotillo y publicadas en la revista especializada TRASIERRA apuntan a que el Canto de los Pollitos pudo tener uso en la época pre romana como altar de culto por parte de los pueblos vettones que poblaron la zona.
Esta hipótesis se sustenta además de por la existencia de marcas labradas, desagües y otros indicios, por el extraordinario fenómeno astral que se produce dos veces al año cuando la noche y el día duran lo mismo –equinoccios de primavera (22 de marzo) y otoño (23 de septiembre)- en los que la luna y el sol se alinean perfectamente en torno a este monumento natural y permiten en su salida y ocaso comprobar como inciden directamente sobre su vértice, constituyendo todo un espectáculo visual.
Ya en tiempos medievales, el Canto de los Pollitos estaba incluido como suerte de pasto y sembradura en la Dehesa de los Caños del Sotillo. No existen referencias explícitas a su denominación popular en documentos de esta época, aunque si se singulariza la que se denominaba “Suerte del Canto del Majadal”, lo que permitiría apuntar que esta zona contigua al Teso de la Feria, se denominara así.